El 23 de Julio de 2023, estamos llamados a votar para elegir nuevas Cortes, tanto nuevo Parlamento como nuevo Senado. Una decisión del Presidente del gobierno, Pedro Sánchez, muy criticada por los medios de comunicación. La coletilla que más ha circulado era: "Ha puesto las votaciones en pleno verano, porque no quiere que la gente vote", Coletilla absurda y mentirosa, pues es todo lo contrario. El adelanto de las elecciones generales, que tocaban en el mes de diciembre próximo, se debe a que Pedro Sánchez quiere que la gente vote, sobre todo la izquierda, que se había abstenido en las elecciones pasadas autonómicas y municipales del 28 de Mayo y se decida de una vez si España se mantiene en el centro-izquierda o se gira a la derecha-extrema derecha.
En las próximas
elecciones, solo hay dos alternativas, como apareció en el debate
cara a cara de Sánchez y Feijóo, el otro día en Atresmedia. Que se
repita el 23 de julio el triunfo que tuvo la derecha en las
autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo, con lo que España
volvería a pintarse del azul falangista, que los mayores ya
conocimos en tiempos franquistas. O por el contrario, que el
gobierno de la nación siga en manos de la izquierda, regido por un
gobierno de coalición, esta vez del PSOE y SUMAR. Estas dos únicas
alternativas, o derecha o izquierda, nos recuerda lo ocurrido en otro
tiempo tanto en Europa como en nuestro
país. ¿Repetiremos las elecciones de los años treinta? Bueno y oportuno es recordarlo.
El 12 de abril de 1931
triunfó la izquierda en las elecciones municipales celebradas ese
día, proclamándose el 14 de abril la 2ª República española. En
cambio, en las elecciones de noviembre de 1933, triunfó la derecha,
encabezada por el partido radical de Lerroux, apoyado por los
católicos conservadores de la CEDA. Sin embargo, en las elecciones
generales del 16 de febrero de 1936, triunfó de nuevo la izquierda,
al ir todas unidas en la coalición llamada Frente Popular, triunfo
que, como sabemos, el 18 de julio lo abortó el golpe militar de
Franco.. Este 23 de julio podría ocurrir que la derecha triunfase de
nuevo, como lo hizo en las pasadas elecciones autonómicas y
municipales, pero podría darse lo contrario, que ante la
perspectiva de la pérdida de derechos en los próximos cuatros años
de gobierno de la derecha del PP, unido a la ultraderecha de VOX, la
izquierda reaccione y vote a la coalición de izquierdas formada por
el PSOE y SUMAR, con lo que casi repetiríamos lo sucedido en nuestro
país, en los años 30.
Aparte de esa posible
coincidencia, lo fundamental es que, según muchos autores, existe
una innegable
semejanza de nuestra época con los años 30,
que consiste en el desarrollo y crecimiento del fascismo y nazismo,
que se da hoy en Europa y en nuestro país. Para comprender, siquiera
superficialmente, este fenómeno, debemos preguntar
¿Cuáles
fueron la causas del crecimiento del fascismo y nazismo
en los años 30?
La
razón básica,
señalan los autores,
fue el
Crack
o
caída de la Bolsa de Nueva
York
en
1929,
también conocida
como
la Gran
Depresión.
Dicha
caída
acarreó
una gran
inseguridad económica, con
el desplome
de los beneficios de las empresas, el
estancamiento
del
comercio,
la
caída
del
consumo
y el crecimiento de
las tasas de desempleo y
paro, trayendo
consigo la miseria de las clases populares.
Y esto,
no solo en EEUU, sino también en Europa que, tras la I Guerra
mundial
(1914-1918),
estaba deprimida y dependiente de EEUU. En
Alemania se vivió
una
situación muy
trágica, por que al haber sido la
principal derrotada de la I Guerra Mundial,
se
le impusieron duras condiciones para el acuerdo de paz, lo que motivó
un resentimiento general en el pueblo.
Estas
circunstancias
las
aprovechó Adolf Hitler,
quien,
en
las elecciones federales del 31 de julio de 1932, obtuvo
una mayoría relativa:
el 37,27%
de los votos, sobre el 21,58%
de los votos del Partido socialdemócrata
y el 14,32 % del
Partido Comunista (Wikipedia). Hitler basó su campaña electoral en
la exaltación
de
la superioridad de la raza aria del pueblo alemán,
humillado por la derrota de la I Guerra mundial. Tras
la muerte del Presidente de
la República de
Weimar, Paul
von Hindenburg, Hitler fue nombrado Canciller
en enero de 1933,
transformando la
República en
el Tercer Reich.
basado
en el totalitarismo
de
la
ideología nazi (Wikipedia).
Nuestro
país,
aunque
se declaró neutral en la I Guerra mundial,
sufre
también las consecuencias de la Gran Depresión,
debido al
desgaste producido por la independencia de sus colonias americanas.
Con
esa
neutralidad nuestro
país vino a ser
el
centro
del espionaje y
una
nación
exportadora, que con
el desarrollo del comercio sucede
una creciente modernización industrial en Cataluña y País vasco,
pero que
ocasionó,
al mismo tiempo, un
gran descontento popular por la inflación y la subida de los precios
(Nationalgeographic).
Y ciertamente fuimos
neutrales, pero,
a pesar de todo, se
tomó partido, "unos
en torno a los germanófilos y otros
por el
mundo anglosajón
y la
naciente
Unión Soviética".
Sin duda alguna,
todo esto
influyó en la caída de la monarquía
y
del
rey
Alfonso
XIII,
sostenida por la dictadura de Primo de Rivera,
en
las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, proclamándose
la II República el 14 de abril
de ese año
(Wikipedia)
y, tras el bienio cedista, la izquierda vuelve a triunfar en febrero
de 1936.Como
se ve, los caminos tomados por nuestro país fueron diversos a los
elegidos por Europa, particularmente Alemania, algo que puede suceder
ahora.
Hoy
estamos experimentando una crisis económica muy parecida a la del
año 1929. Puede
decirse
que
los años que llevamos viviendo en el
siglo XXI,
son los
años
de las
crisis.
Comenzaron
con la burbuja especulativa de las empresas
punto.com
de
Internet,
le siguió la
caída de las Torres gemelas, posteriormente,
en
2008, vino
la crisis
de
las
hipotecas
basura,
la caída del banco estadounidense Lehman
Brothers y la crisis financiera mundial,
conocida como la
Gran
Recesión.
Estábamos
saliendo de esta crisis mundial
y
se nos echó encima la
pandemia de la Covid 19
y ahora la guerra de Ucrania.
Vamos de crisis en crisis y para encararla o salir de ella, el
capitalismo no tiene otra salida que el fascismo y la dictadura nazi
o el franquismo o tal vez la guerra, como la desató Hitler en
septiembre de 1939, al invadir Polonia. ¿Podemos
parar este torbellino?
De
nosotros depende que nuestras elecciones del 23 de julio de 2023
puedan ser reflejo de los acontecimientos ocurridos en los años
treinta en Europa y en nuestro país:
que
triunfe el nazismo alemán o el franquismo español o, por el
contrario, que
se consolide la
tesis moderada española de la II República española.
Antonio Moreno de la Fuente
Miembro de de la Iglesia popular
Miembro de de la Iglesia popular
española y de Sevilla laica
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