El
pasado 24 de octubre de 2023, los Partidos PSOE y SUMAR firmaron un
Acuerdo
marco para reeditar el gobierno progresista de coalición y en
cuyo punto 2.4 se propone
"la
reducción gradual de la jornada laboral a 37.5 horas semanales",
sin
reducción del salario. Medida que quiere responder a los impactos
que causará la Inteligencia Artificial (IA) en el empleo.
Todas
las revoluciones industriales desde
finales del siglo XVIII (),
tuvieron
un gran impacto en nuestra sociedad al aumentar la producción y
sustituir el trabajo manual por el industrial.
Hoy,
la
IA nos pone en las puertas de la
cuarta revolución
industrial
(),
que causará aún un mayor impacto en nuestra sociedad, en referencia
al trabajo y empleo.
Como
es sabido, la
IA se refiere al campo de estudio y desarrollo de sistemas y
programas informáticos que tienen la capacidad de realizar tareas
semejantes a las efectuadas
por la inteligencia humana.
Se
basa en algoritmos y modelos matemáticos que permiten a las máquinas
procesar grandes cantidades de datos y utilizarlos para resolver
problemas, para aprender, adaptarse y tomar decisiones, como lo haría
un ser humano.
().
Sin
duda,
la
IA
tendrá
un
gran impacto
en nuestra sociedad, al
ofrecernos una
mayor
eficiencia, precisión y calidad en
las tareas que realizamos, descargándonos de las más
peligrosas,
rutinarias y repetitivas.
Sin embargo, nos
planteará
también
desafíos
éticos, legales y sociales. Uno
de ellos, y no el menos importante, es
que
la IA
al
automatizar muchos trabajos, podrá
aumentar el
desempleo y la
desigualdad entre
las personas.
Según
las previsiones más optimistas, se calcula que desaparecerán
un cincuenta por ciento de los puestos de trabajo actuales,
al ser
desempeñados por las
máquinas,
aunque,
sin duda, se
crearán otros nuevos.
Se
perderán sobre
todo
en
los
'oficios manuales'
más
peligrosos y repetitivos,
como
en la conducción de vehículos y maquinaria, en las minas
etc. Pero
también en algunas
'profesiones
liberales':
por ej.,
en trabajos de
asesoramiento legal, financieros
y contables,
pudiendo
sustituir
a
los estudios de arquitectos o
ingenieros,
a
médicos,
cirujanos,
programadores, periodistas,
guionistas o
traductores etc.
La
IA
de la cuarta revolución industrial podrá
crear
un ejército de desempleados,
mayor aún que el ejército actual de reserva de
trabajadores
en paro,
que podrá
desencadenar
disturbios y acaso nuevas
revoluciones.
En
sintonía con el punto señalado del Acuerdo entre el PSOE y Sumar y
respondiendo
al
impacto que
causará IA
en el empleo,
el Ayuntamiento de Valencia ha realizado una prueba piloto de
reducción
de la jornada laboral de cuatro días,
que arroja beneficios sobre la salud, la cultura y reduce
la
contaminación ().
El
proyecto consistió en aplicar la jornada de cuatro días al conjunto
de la ciudad durante 4 semanas seguidas entre el mes de abril y mayo
del presente año. En total, se calcula que este experimento afectó
a unas
360.000 personas que trabajan en la ciudad de Valencia. Tras la
experiencia, se realizó un análisis de
las
encuestas
hechas
a
2.100 personas que habían disfrutado de
la
reducción
de jornada.
Según
los datos extraídos de las
encuestas,
se ha demostrado que el tiempo libre que obtienen las personas por
la reducción de su jornada laboral
repercute
en
hábitos que proporcionan más salud, más cultura, menos tráfico y
menos contaminación
atmosférica.
* Mejor
salud,
porque hay: "una
significativa reducción de los niveles de estrés y mejores
sensaciones con respecto al cansancio, la felicidad, el estado de
ánimo y la satisfacción personal.... Otra meta
que se obtiene
es la conciliación y el equilibrio entre la vida laboral y la
personal,
el haber
aumentado el tiempo dedicado a amigos y familiares, a la atención de
las personas dependientes, al cuidado de niños y niñas y al
autocuidado".
* Mas
cultura,
porque: "el
tiempo libre se ha sido utilizado en el desarrollo de actividades
culturales y educativas, tales como leer, estudiar, ir al cine, ver
películas online y realizar actividades creativas como la
fotografía, la música y la pintura"
* Menos
contaminación,
porque:
"los lunes en los que ha estado vigente el piloto han
experimentado una mejora en la calidad del aire, registrando unos
menores porcentajes de presencia de NO2".
Sin
embargo, esta prueba piloto valenciana apunta a una
cuestión más de fondo,
a
la desvinculación
de los ingresos del
trabajo.
Joan
Sanchís, economista y profesor asociado de Economía Aplicada de la
Universidad de Valencia y uno de los impulsores de este proyecto
piloto,
afirma
que, en la cuestión de la desvinculación
de los ingresos y
el
trabajo,
el
debate de la
reducción de jornada
se
encuentra ligado
al
debate de la
implantación
de la RBU
en la sociedad.
Y
sostiene que: "todo
esto descansa sobre una ética del trabajo que nos han impuesto a
partir del siglo XV y XVI, de la reforma protestante,
que
nos ha hecho creer que el trabajo es necesariamente bueno, nos va a
sanar y proveer de la salvación divina"
().
Efectivamente,
en
nuestra sociedad se ha considerado siempre al
trabajo como fuente única de la propia subsistencia,
por influencia, creo, de la tradición judeocristiana,que se basa en
la maldición divina del Génesis 3, 17- 19: “Comerás
el pan mediante el sudor de tu rostro” y
en las palabras de S. Pablo en 2 Tes.3, 10-12: “Quien
no quiere trabajar, tampoco coma…Rogamos por N.S. Jesucristo que,
trabajando tranquilamente, coman su propio pan”. Si
quieres vivir debes trabajar, es la doctrina constante
judeocristiana.
Posteriormente el protestantismo transformó la maldición
divina del trabajo en bendición
y
signo de predestinación.
El
éxito económico que se obtiene por la laboriosidad es, para los
evangélicos y especialmente para los calvinistas, una señal de
elección y salvación.
Esto lo demostró
Max
Weber en su obra: La
ética protestante y el espíritu del capitalismo.
No
obstante, hay que hacer notar que existe otra tradición, que
podríamos llamar cristiana
a secas,
y es
la que practicaba la primitiva Comunidad cristiana en Hechos 2, 42-45
y 4, 32-35, según
he escrito en otro
lugar ().
Efectivamente,
estos capítulos de los Hechos aparece que en la primitiva Comunidad
Cristiana no
era el trabajo el medio de subsistencia, sino la comunidad de vida y
la comunidad de bienes:
“poseían todo en común” (koinonia=comunidad)
(2,32).
De
modo que:“entre
ellos no había ningún indigente, ya que los que poseían campos o
casas los vendían, llevaban el producto de la venta y lo ponían a
disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que
necesitaba cada uno” (Hch 4,34-35).
Podemos
decir que el relato revolucionario de la primitiva comunidad
cristiana de Jerusalén es que:
los
bienes básicos
son
comunes, de modo que cada miembro de la Comunidad
religiosa o civil
debe recibir gratuitamente aquello que necesita para vivir. No
era pues el trabajo en la Comunidad primitiva de Jerusalén la fuente
fundamental de la propia subsistencia, sino
la
comunidad de bienes básicos (koinonia)
y su repartición,
para que todos pudieran
tener sus necesidades básicas cubiertas
y evitar así la desigualdad y la indigencia.
Ahora
bien, esta desvinculación
de los ingresos del
trabajo,
se da por definición en la RBU. Los bienes necesarios para tener
las necesidades básicas cubiertas para
vivir,
no proceden ya
del
trabajo
o empleo,
sino de
la asignación del Estado.
Esta
percepción
por
parte del Estado de la
Renta Básica Universal (RBU)
y
no del trabajo o empleo,
generará
también
en
nosotros
hábitos semejantes
a la reducción de la jornada laboral,
que
nos
proporcionarán
más
salud, más cultura
y
menos contaminación
atmosférica.
* La
RBU nos
proporcionará
más salud física y mental.
Al
tener
garantizada la subsistencia básica de las personas,
se mejora
su
calidad de vida,
al reducir los
niveles de estrés y
la angustia de no encontrar o no
tener
un trabajo
para poder vivir.
Aumentará por
ello
la
paz, la felicidad,
la satisfacción personal
y la del entorno familiar,
al tener seguras
las
necesidades básicas cubiertas.
* Fomentará
las relaciones sociales y la cultura:
Al garantizar
un
ingreso básico para
todas las personas,
la RBU genera un ambiente propicio para el autocuidado y la
conciliación familiar, favorece
las
relaciones sociales de amistad, de cuidados a la infancia y a las
personas dependientes. Y
aumentará
el tiempo libre para desarrollar
actividades
culturales y educativas, tales como leer, estudiar, ir al
teatro, al
cine
o ver
películas
online
etc.
* Nos
hará
más libres.
Pero,
sobre todo, con
la recepción de la RBU
seremos
más libres: tendremos
la libertad de negarnos a trabajos penosos o mal pagados
que nos ofrece el capitalista,
a explorar nuevas oportunidades laborales, a
emprender
proyectos independientes o dedicarnos a actividades de interés
personal, familiar o social sin preocuparnos tanto por la necesidad
inmediata de
los ingresos,
provenientes del trabajo, para vivir.
* Y,
se
cumplirá de modo efectivo
la
primera parte del art.
25 de la Declaración universal de los Derechos Humanos,
que dice: "Toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la
alimentación, el vestido"...
Por
todo lo dicho, creo con Joan Sanchís, que el debate
de la reducción de la jornada laboral y el de la RBU,
nos llevarán a
revisar la ética del trabajo
para buscar una que sea más saludable. Lo que nos
hace
falta es un cambio estructural,
que nos lleve
a
una nueva forma de entender el trabajo,
no
como una finalidad en sí mismo,
sino como un
servicio de las personas.
Antonio
Moreno de la Fuente
Miembro
de la Asociación
andaluza por una RBU
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